1Daba pena ver esa cabecita infantil, medio angelical, ajarse como una flor.
2La tragedia es que tengan tiempo de ajarse, de inutilizarse, de pudrirse.
3Sintió que su espíritu empezaba a ajarse bajo su abrasadora mirada.
4La muselina, elástica y transparente, pasaba sin ajarse a través de un anillo.
5Hasta las flores de la iglesia parecían ajarse con aquel calor de agosto.
6Las flores de los jarrones comenzaban a ajarse y desprendían un olorcillo agridulce.
7Así, su madre quedó sola y Lupercio la vio ajarse poco a poco.
8A su lado, incluso las más jóvenes parecieron ajarse repentinamente.
9Sin embargo, nunca se me ocurrió pensar que esa piel pudiera ajarse algún día.
10La calma del coronel empezaba a dar muestras de ajarse.
11A cierta altura de la danza, las flores, agitadas sin cesar, comenzaron a ajarse.
12Las flores más tempranas habían empezado a ajarse y caer.
13El abrigo empezaba a ajarse y sus pantalones tenían rodilleras.
14La vida le parecía inagotable, obstinada ilusión, aunque la juventud ya había comenzado a ajarse.
15Ya comenzaban a ajarse las esquinas de la tapa.
16Miró el cuerpo delgado de Phin, su cabeza pelada, los músculos que empezaban a ajarse.