Significados de echacuervos em espanhol

Estuvo varias veces en bancarrota antes de lanzarse a trabajar de celestina.

Me hace tanta falta una celestina como otro puñetazo en la mandíbula.

Ni usted está desahuciado ni yo he nacido para hacer de celestina.

Es una moral un tanto lacayuna, de celestina o de corista retirada.

Espera que el navarro no actúe de celestina entre ella y Virus.

Aspiraciones de la comadre en materia de gobierno: Uno que dé palos.

Y tal vez una comadre, dándola de escéptica, formulaba su voto particular:

Yo también bebo para encontrar en la botella una comadre de batalla.

Eso no hizo sino irritar y humillar todavía más a la comadre.

Pero ¿para qué apenar a la comadre, además de birlarle los cobres?

Y así seguiremos hasta que se reforme esta legislación permisiva y alcahueta.

Me gustaría saber únicamente por qué me toman todos por una alcahueta.

El método del descenso a la Primera B es más alcahueta todavía.

Esta misma tarde, ordenaré que traigan a esa alcahueta a mi presencia.

Fue vendido a una alcahueta, cuyos clientes, en su mayoría, eran clérigos.

El alcahuete le apartó de un empujón y retrocedió, girando en círculo.

Pues bien, querida, me niego a ser el alcahuete de tus satisfacciones.

Trataba de zafarse para ir donde el alcahuete tendido en el suelo.

Estoy convencido de que Hornero Hemingway me habría llamado alcahuete de hojalata.

No sabía que te gustara hacer de alcahuete en tus ratos libres.

Se convirtió en un perfecto urbanita, en un correveidile, en un buscavidas.

No veo por qué tendría que hacer de correveidile de la tía.

Tras breve correveidile, Vidas nos comunica que el último es miliciano.

Ese correveidile que te acompaña seguro que ya te ha anunciado quién soy.

Así podrá aquilatar todavía más su bien acreditada fama de correveidile.

Un fulgor de odio se encendió en los ojos del padrote insultado.

Sabía que ese día podía pedirle al padrote todo lo que deseara.

El príncipe y el padrote se pasaban el toque, fumándoselo en silencio.

Lleno de odio hacia el padrote, el joven bolero apretó el paso.

No me digas que no se ve como padrote de segunda.

Se presentó armada de carabinas y hubieran visto el corredero de gente.

Cerró el portón corredero de la furgoneta para que nadie nos viera.

Al lado había una bolsa de lona cerrada con un cordón corredero.

A los pocos segundos, el otro abrió el portón corredero del furgón.

Dejo el cortapelos en la repisa del panel corredero e intento enderezarme.

De ahí la importancia que insospe­chadamente adquieren en política los trotaconventos.

El amigo anduvo hecho un trotaconventos sin encontrar fraile que se

Va a resultar que esa trotaconventos entró volando por los aires.

Una vieja trotaconventos y tenida en reputación de facedora de

Ríen solo los usureros, los caciques, los sanchopanzas, las trotaconventos y las celestinas de Castilla.

Hoy por de pronto, buscaría a ese zurcidor y lo haría reparar.

Anochecía yo gran escritor para amanecer zurcidor de gacetillas sin pizca de gramática.

Eso es una falacia que imputas sin pruebas, ¡zurcidor de mentiras!

Me gustaría tener aquí a nuestro zurcidor, para que examinase el estado de mis costillas.

Todos están locos allá... ¡A fe que tengo yo cara de zurcidor de estos... líos!

La más alta tenía la piel rojiza, de un tenue rubí encandilador.

Parecía no tener fin, un encandilador celeste bañaba el horizonte, en la lejanía.

Berlusconi, el encandilador, desplegó su encanto, y al final los acuerdos acabaron por llegar.

La mirada del doctor se iluminó con un brillo encandilador que incomodó a Cinder.

Berlusconi fue siempre un seductor y un encandilador, pero también era un adicto al trabajo.

Yo quiero mi galeoto, mi hombrecillo de raíces.

El galeoto se equivoca nada más en la conjugación del verbo: debía haber dicho: "tendrá".

El galeoto de esos proceres.

El Galeoto social no yerra tan a menudo como algunos creen.

Ese es el caso en que se dice que el público hace de Gran Galeoto.

Pero es copuchento y posee buen oído.

Tal vez es mejor que comience este capítulo confesando que en realidad no me fui de puro copuchento.

Su mismo personaje de hecho es una sátira elegante de un homosexual que es como su apellido: copuchento.

Yo no estaba mirando lo que decían las conversaciones, solo vi las primeras de 'copuchento', expresó el imputado.

No quiero un país en que debatir sea sinónimo de pelear, no quiero un país pelador, copuchento y entrometido.

Tantas limitaciones al ejercicio conyugal favorecieron el concubinato y la frecuentación de prostíbulos, y alentaron el auge profesional de cobijeras y alcahuetas.

Dueñas, cobijeras, doncellas y damas mecidas por el agua empezamos a sentirnos a merced de un torrente fluvial que parecía un mar.