En Oxford me presentaron a un catedrático de lenguamandinga.
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Cerca de esta aldea se levanta la cordillera impropiamente llamada Kong, porque este nombre significa montaña en lenguamandinga.
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Las personas estaban apiñadas alrededor del viejo, y de vez en cuando me lanzaban miradas intermientes mientras hablaban animadamente en su lenguamandinga.
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Dijo que había hablado por teléfono con un colega, el doctor Philip Curtin; ambos estaban seguros que los sonidos pertenecían a la lenguamandinga.
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Johnson no cesaba de cotorrear en lenguamandinga, tan rápido que el explorador no comprendía nada, pero en un tono que parecía tranquilizador, incluso jocoso.