1
Y tampoco la anciana que ahora asomaba desde la alhanía.
2
Se dirigió al extremo de la sala y retiró el cortinaje que cubría la alhanía.
3
Las dejó entre ar-Rashid y Safiyya, después se dirigió a una alhanía para sacar dos vasos.
4
El niño de diez años, que leía en un extremo de la alhanía, se puso en pie.
5
Una alhanía en el fondo de la pieza y un acceso bajo y sin batiente a un lado.
6
Él estaba en ese instante encarado a la alhanía, pasando sus dedos por el reborde de la cortina que cubría la pequeña estancia lateral.
7
Los villanos y campesinos detrás, con sus armas improvisadas o rescatadas de las alhanías.
8
Para ello contaba en sus extremos con dos alhanías, separadas del resto por arcos de yeso.
9
El rey ignoró el gesto, se desvió hacia una de las alhanías laterales y recorrió la habitación lentamente, con las manos cogidas a la espalda.