Otras monedas, como la corona noruega y el rublo, también se han disparado.

De pronto la corona noruega no valdrá un céntimo y seremos pobres como ratas.

Pero mañana, cuando reflexione, preferirá ser nuestro timonel en lugar de perseguir la corona noruega bajo el fuego y una lluvia de flechas.

A partir de entonces, el comercio con Groenlandia se convirtió en un monopolio de la Corona noruega.