Cuando regresé a casa, encontré el tupinambo en su sitio.
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Me sé sus platos de memoria: el trampantojo de tupinambo, la ostra al aroma de tierra, el bosque animado.
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Algunos días después de mi llegada a la Nueva Bujara, encontré una mañana, sobre mi mesa improvisada, un enorme tupinambo.
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Argentina se inspiró en la Patagonia incluyendo ingredientes como el tupinambo, explica Diego Díaz, uno de los preparadores de ese país.
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Durante varios días no pude sacar nada en claro, y sin embargo, todas las mañanas encontraba un tupinambo en el mismo lugar.
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A la mañana siguiente encontré en el mismo lugar otro tupinambo, que comí con el mismo placer, pero reflexioné seriamente sobre esta misteriosa aparición.
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Los hurones de Finisterre hablan la misma lengua que los tupinambos de Cornualles.
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Caí en eso cuando le vi a usted mirando esa especie de tupinambos en una salsa blanca.
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Los vales de racionamiento permitían comer un poco de pan negro con patatas y no solo tupinambos y colinabos.
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A pesar de su gordura es lo bastante fina como para haber adivinado mi debilidad por los tupinambos".
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¿Pero quién sino gente de África, India, Sudamérica o China sabe preparar toronjas, tupinambos o quimbombós?
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Esto explica el destacado papel que desempeñaban las mujeres tupinambas e iroquesas en los rituales que acompañaban a los festines caníbales.
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Nuestro camino estaba así bordeado de tupinambos, y como yo tenía mucha hambre (hubiera comido cualquier cosa), resolví arrancar algunos.
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Eché un vistazo a mi alrededor para asegurarme de que nadie me veía, desenterré rápidamente cuatro gruesos tupinambos y seguí mi camino devorándolos con deleite.