1
Nada más imprudente que esta respuesta del barbero; y nada más natural.
2
El barbero guardó un silencio absoluto y se movió con inquietud manifiesta.
3
La respuesta es que es lógicamente imposible que exista un barbero tal.
4
Decidí que era una buena ocasión para solicitar los servicios del barbero.
5
Emulando a Apolonio, Lucio había empezado a evitar los servicios del barbero.
6
Resultas insoportable; pero, en fin, el barbero debe ser un poco insoportable.
7
El barbero hablaba del precio de la lana y los tiempos difíciles.
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El acusado era un barbero; su delito: robar una cadena de oro.
9
Era como un barbero de Puerto España haciendo publicidad de un champú.
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En cuanto al barbero que trabaja en esta zona, es un analfabeto.
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Claro, cuando el barbero ejecuta esos trabajos especiales los cobra muy bien.
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El barbero y yo pasábamos por lugareños hasta que demostrásemos lo contrario.
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El barbero tenía razón, pero ¿cómo iba a admitir eso el tribunal?
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De nada me sirven un sastre y un barbero; siempre me descubren.
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Desde el desembarco, éste disponía de un barbero provisto de buenos instrumentos.
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Sus barbas crecieron demasiado y el barbero del pueblo intervino dos veces.
