El Peregrino quedó aprisionado entre los címbalosdeoro, de donde no habría, de salir jamás.
2
Sí lo haremos, sin embargo, del Peregrino, que continuaba encerrado en el interior de los címbalosdeoro.
3
Yo mismo caí en sus garras, al ser atrapado por dos címbalosdeoro, que me cayeron, de improviso, de lo alto.
4
El Gran Sabio se encuentra en estos momentos en el interior de unos címbalosdeoro, de los que no hay manera de salir.
5
Por momentos, un carbunclo lanza su lívida luz; cabelleras, címbalosdeoro, velos, blancuras aisladas centellean; son las músicas entrelazadas que no se han quejado.
6
Por momentos, un carbunclo lanza su lívido fulgor; centellean cabelleras, címbalosdeoro, velos, blancuras dispersas; son las músicas entrelazadas, que no se han quejado.