Los veintiún hombres desfilaron a través de la puerta principal.

Otros tres guardias desfilaron a través de la entrada y todos ellos la encañonaron con armas semejantes.

Éstos desfilaron a través del oratorio sin detenerse, con ánimo resuelto y bajo una andanada de insultos.

Todos desfilaron a través de la verja que Ralph mantenía abierta, y ella sintió su pecado, el que tomó por la madre del pecado.

Desfilaron a través de la ciudad regalando obsequios y sonrisas.

Desfilaron a través de Londres al compás de una banda militar de instrumentos de viento.