Moisés era un hombre iracundo y sujeto a bruscas explosiones de cólera.

Y se convirtió en un hombre iracundo, lleno de deseos de venganza.

Era el vozarrón de un hombre iracundo que se aproximaba pisando fuerte.

En los últimos tiempos se había convertido en un hombre iracundo.

El artista podía transformarse en un hombre iracundo en cualquier instante.

Sigue siendo un hombre iracundo y agresivo, pero ahora ya no habla casi nunca.

Comprendió cual era su defecto: él era un hombre iracundo.

Era un hombre iracundo y de resentimientos feos e irrazonables.

Fidel comparece ante los cubanos como hombre iracundo y agresivo.

Guido era un hombre iracundo y brutal, que la perseguía con sus celos continuos.

Había sido un hombre iracundo en busca de algo que nunca llegó a comprender.

No será un hombre iracundo, aunque lo harán enfurecer.

Ese hombre iracundo, despechado, capaz de cualquier venganza, no.

Ella sujetaba a Lobo del pelo del cuello para impedir que atacara al hombre iracundo.

Al hombre iracundo le dice: "No maltrates a tu mujer".

Ya no era el de un hombre iracundo, sino más bien interesado, aunque, sin duda, molesto.