No necesitáis recoger las migajas que caigan de la mesa de esos cobardes.

Ellas habían jugado y perdido y pasaban a recoger las migajas.

No hubo tiempo para recoger las migajas del pasado que quedaban en aquellas profundidades.

Los daneses se dedicaban a recoger las migajas cuando el verdadero botín estaba desprotegido.

Era la chusma ciudadana acostumbrada a recoger las migajas de las mesas de los sacerdotes.

Bill Ley, que había dormido como un lirón, llegó a tiempo para recoger las migajas.

El pequeño Curley se quedaba para recoger las migajas.

Lázaro se arrastraba bajo las mesas para recoger las migajas de pan y roer los huesos.

Ve a recoger las migajas de la cruzada.

Normalmente se percatan hasta del tío que mira por donde paso, esperando recoger las migajas, supongo.

También los perros tienen derecho a recoger las migajas que caen de la mesa de sus amos.

Conocerte, recoger las migajas de tu sabiduría.

Era cuestión de supervivencia, de salir adelante, de recoger las migajas que pudieran de la mesa de Peregrine.

La carrera colonial acababa de empezar, y España no quería recoger las migajas que dejasen las potencias continentales.

Mi trabajo es recoger las migajas.

Guillaume cogió una florentina y la mordió como un autómata, poniendo la mano debajo para recoger las migajas.