-Sí ,señor- respondióel sobrecargo, y se dio la vuelta para irse.

-Notenemos señoras jóvenes a bordo - respondióel sobrecargo-.

-Elúltimo, capitán - respondió el sobrecargo -.

-Hikihohopertenece al viejo Parlay - respondióel sobrecargo-

-Notengo ni idea - respondióel sobrecargo.

Respondió el sobrecargo con parecida mímica: Se estrecharon las manos, y el barbudo gigante presentó al discípulo, que saludó con iguales ceremonias.

-Esoes cosa sabida - respondióel sobrecargo.

-Enfin - respondióel sobrecargo, encogiéndose de hombros-,todo sea por nuestra protección y la de los pasajeros.

-Porsupuesto - respondióel sobrecargo-.

-Sí- respondióel sobrecargo.

-Sí ,loleímos, y también leímos que supuso un coste a la compañía de miles de dólares -meresponde el sobrecargo visiblemente enfadado.

-Nosotrostenemos dos pistolas en la cubierta de vuelo - respondióel sobrecargo, pero el capitán teme lo que puede ocurrir si alguien comienza a disparar.