El conde llevaba puesto un largo ropóndeseda al estilo de Catai.
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Vestía ropóndeseda color carmín, estola y coselete amarillo.
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Ulrika se puso un ropóndeseda bordada de Catai y fue a calentarse junto al fuego.
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El jinete era silencioso y llevaba un ropóndeseda que lo cubría de pies a cabeza.
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Nagaira se apretó contra él, y el calor del cuerpo casi desnudo atravesó el ropóndeseda de Malus.
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Ulrika reprimió una exclamación al ver las heridas de la condesa a través de los tajos del ropóndeseda.
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Vestía una bata abierta en el pecho como un ropóndeseda, un pantalón largo sin bolsos y andaba descalzo.
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Encárgate de esto -declaróel noble al mismo tiempo que bajaba de la plataforma con el ropóndeseda ondulando a su alrededor.
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Mientras Nagaira hablaba, las esclavas le pusieron un ropóndeseda y se lo sujetaron flojamente con un cinturón formado por calaveras de plata.
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En el centro del retablo, la virgen de madera estofada sostenía en brazos al niño Jesús, vestido con un ropóndeseda y encaje.
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Con gran solemnidad, apareció un muchacho de unos doce años, de sonrisa traviesa, vistiendo un ropóndeseda púrpura y llevando un báculo de madera.
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Durante la baja Edad Media, las mujeres suelen usar roponesdeseda con colores vistosos.
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Sobre una plataforma que se alzaba al otro lado de la habitación, había un goblin vestido con roponesdeseda.
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Ambos elfos llevaban armadura completa, gambesones de cota de malla sobre sus roponesdeseda de tonalidad oscura, con petos de acero pulido.
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No resultaba difícil identificar a los enemigos en medio de la frenética refriega, porque llevaban largos roponesdeseda de color azul, amarillo y púrpura.