Entramos en la sala y nos sentamos frente a una mesita, a la sombra del albaricoquero.

Abajo, vio la oscura sombra del albaricoquero y, a lo lejos, las farolas que desprendían una nube de sodio.

-Muybien -dijoPang mientras era conducido por la multitud hacia la sombra del albaricoquero, donde alguien colocó una silla-.