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No se puede seguir defraudando el ansia de cambio de los ciudadanos.
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Y este deseo puede transformarse en ansia; entonces cualquier medio es aceptable.
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Esperaba con ansia las elecciones para lograr un puesto en la Cámara.
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Mi familia esperaba con ansia el momento de mi presentación en sociedad.
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Hay en el ministerio varios señores que desean con ansia poder investigarlo.
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Porque ponen un límite a la voracidad fiscal de los demás países.
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Sin embargo, la voracidad para hacer negocios fue notable desde un principio.
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La casa representa la voracidad oral y lo atrayente que ésta resulta.
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No obstante, el dolor y la pena eran peor que la voracidad.
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Esto último es voracidad: la violación del territorio interno de otras personas.
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Parece que estamos ante un caso de gula tributaria: nada es suficiente.
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Y algo semejante ocurre a menudo con nuestro sibaritismo y nuestra gula.
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Pero todavía más importante que la gula era comportarse como verdaderos macarras.
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Dominados por la gula, apenas cruzaron algunas palabras mientras satisfacían el apetito.
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Para todo el mundo, la causa de su muerte sería su gula.
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Un ejemplo de ello es la glotonería de su invierno en Thurii.
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A pesar de ello, es muy difícil no ceder a la glotonería.
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Naturalmente la glotonería de los monjes acarreó a la Iglesia cierto desprestigio.
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Los santos no estaban indefensos, sin embargo; había penalizaciones por la glotonería.
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En el siguiente círculo, el tercero, se encuentran los viciosos de glotonería.
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Mientras que un panecillo haciendo que abran la puerta de una panificadora es un acto simbólico de hambronería... ¡No lo volverá a hacer!
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La relajación de los invitados se notaba más bien en su indisimulada tragonería y sus comentarios francos.
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Ni palabra de su hambre, ni de la tragonería con que había comido, parando entre bocado y bocado lo justo para chuparse los dedos.
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Había pintado, ¿no?, la glotonería de Nochebuena, la hora de medianoche consagrada a la comilona, la tragonería de los estómagos vaciados por los cánticos.