Siempre deseé ver Inglaterra; allí un hombre puede vivir en libertad.

Me sentí furioso y afligido y deseé ver el final de esta guerra.

Casi deseé ver a Paula aparecer en el umbral del estudio, hostil, desencajada.

Creo que siempre deseé ver a Lali convertida en una furcia.

Cuantísimo deseé ver la cara conocida de algún camarada.

Cómo deseé ver a Enrico y patearle el culo.

Quizá fuese porque mi vida se acababa, pero después de un tiempo, deseé ver algo más.

Cuando desperté tras ser víctima de la mina, ella fue la primera persona a quien deseé ver.

Siempre deseé ver a uno de cerca.

La dibujaba un tal Bill Sienkiewicz, un tipo increíblemente realista del que enseguida deseé ver más cosas.

Sentí curiosidad y deseé ver cómo reaccionaba.

Hasta deseé ver aparecer a un par de Leopardos para mostrarles lo que se habían dejado arrebatar.

Y siempre deseé ver la Tierra.

Se rió a mandíbula batiente, mostrándome una boca llena de dientes que deseé ver esparcidos por el piso.

En ese momento deseé ver sus ojos para ver si eran tan bellos como el resto de su cuerpo.

Entonces deseé ver de nuevo a mi padre, averiguar cómo le habían ido las cosas después de que la compañía me vendiera como esclavo.