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Entraba por mucho en el general descontento el carácter enojadizo de Colón.
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No lo esperaba, aunque era un anciano rudo y muy enojadizo.
3
Vuelve a inclinarse sobre el enojadizo Eleazar, febril e insomne, y le habla.
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Se comportaba y hablaba como un joven consentido y enojadizo.
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Pero el ánimo del coronel Duroc se había tornado enojadizo.
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Ahora mismo me encuentro enfermo y eso me pone enojadizo.
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Conseguí hacer una buena imitación de un hombre enojadizo y preocupado por su honor.
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Un enojadizo olor a madera quemada flotaba en el aire salpicado de cenizas negras.
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El Conde Olaf no era ni interesante ni amable; era exigente, enojadizo y olía mal.
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Desgraciadamente, no se puede decir eso sin parecer enojadizo.
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Solo estaba inventándome un cuento para el sargento enojadizo.
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Según la opinión general, era tan estúpido como enojadizo.
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Su rostro aletargado parecía más joven y relajado, nada que ver con su enojadizo ser diurno.
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Debería haberlo dejado estar, pero estaba agitada y mi paciencia se había convertido en un monstruo enojadizo.
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En los días siguientes a su llegada al monasterio, el gigante se había mostrado enojadizo e intratable.
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Aquel verano Raistlin había sido como un extraño que estuviera hospedado con la familia; un extraño enojadizo, huraño.