Pero cuando llegamos a la primera bajada, de pronto me siento aterrorizada.

Me siento aterrorizada porque sé que si miro hacia atrás, me vendré abajo.

Cuando pienso que me puede ocurrir a mí también me siento aterrorizada, en serio.

Me siento aterrorizada solo de pensar qué he podido olvidar sin ser consciente de ello.

Me siento aterrorizada por tenerlos a todos allí mirándome y pensando: "¿Por qué ella?"

Y ahora que puedo hacerlo, me siento aterrorizada.

Todavía no hemos alcanzado una relación madre-hija, pero vamos mejorando, y ya no me siento aterrorizada.

Me siento aterrorizada y mi mente comienza a correr a toda velocidad, buscar una forma segura para decirlo.

La pregunta de Andrew me hace ser consciente de ese hecho, y ahora me siento aterrorizada por dentro.

No me parece que me esté volviendo alcohólica, pero luego me siento aterrorizada de lo que soy, como hoy.

Primero me siento aterrorizada, y luego me inunda una lástima que provoca un nudo de llanto en mi garganta.

Porque, a decir verdad, al solo pensamiento de que esos degolladores andan causando estragos en estas tierras, me siento aterrorizada.

Me siento aterrorizada, créame.

Aunque me siento aterrorizada, me obligo a mí misma a abrir la puerta para echar un vistazo, pero nunca hay nadie.

A veces me siento aterrorizada cuando empieza a hablar con la mayor naturalidad de las cosas que ha hecho... como si no tuvieran importancia.

Me siento aterrorizada, a merced de algo inexorable, y muy culpable; hace solo dos horas era otro hombre el que me tendía la mano.