Los teules, sin fuegos de guerra, avanzan cautelosos sobre los Andes Verdes.

Nubes bajas cuyo rápido volar resta empuje al avance de los teules.

Tras ellos, los cincuenta guerreros que entregaron los ancianos a petición de los teules.

Las piedras que lanzaban los jóvenes rebotaban en los cuerpos plateados de los nuevos teules.

Acompañarás a los nuevos teules, y ellos nos protegerán.

Doña Beatriz y doña Mencía ya estaban embarazadas cuando llegaron con los teules a Cempoal.

Todas sabrán honrar a los teules aquí en la Tierra, en la región del momento fugaz.

El último guerrero que utilizaron los teules como emisario fue sacrificado en la capital de Tlaxcala.

Nuestros teules nos dan salud y buena sementera.

Los nuevos teules se acercan a nuestra ciudad.

Mal cálculo hicieron los teules -ojoszarcos, pelo rubio, pellejo blanco- ,seles adelantó el invierno.

Ya he dicho otras veces que a los ídolos o sus dioses o cosas malas llamaban teules.

Algunos emisarios de los teules se fugaron en lugar de venir hasta aquí, quizás esté entre ellos.

Si pensaban que los recién llegados eran teules, es decir, seres sobrenaturales, mejor no hacer nada para desengañarlos.

Flechas, saetas, llueven sobre los teules.

Contra los teules, seres tan despreciables que bien dicen sus frailes con sus biblias que fueron hechos de barro.