Tufillo franquista: esa palabra clave, vademécum de los golfos y los imbéciles.

Pero cómpratelo, hazme caso, es un vademécum indispensable para todo hombre moderno.

De la pastilla ingerida tras una lectura del vademécum de medicamentos.

La lluvia, igual que el alcohol, forma parte de mi vademécum de fe.

Yo también tengo mi vademécum de citas; es un tesoro como cualquier otro.