Encontramos al viejo druida sentado en una roca junto a la entrada.

Era el viejo druida, el que había hablado en la playa.

De resultas de ello fue víctima de la maldición de un viejo druida.

Recordé todos los conocimientos que el viejo druida me había transmitido.

La vida presente, para el viejo druida, representaba algo así como un sueño.

El viejo druida Erlindir arrastró los pies calzados con sandalias y carraspeó estentóreamente.

Cuando se acercaron, reconocieron con cierto estupor al viejo druida que los había dejado.

No tenía ganas de seguir discutiendo con el viejo druida.

Yo le devolví la mirada pétrea de un viejo druida.

El viejo druida la había fascinado con sus historias.

El fuego arrancó un minúsculo reflejo de las lágrimas de un viejo druida ya cansado.

Recordó con añoranza las palabras del viejo druida.

El viejo druida carraspeó y desvió su mirada al horizonte, ignorando las palabras de Ayleen La.

Ese viejo druida predijo que sería un niño.

El viejo druida lo estudió, como si quisiera reafirmar su superioridad frente a aquel pequeño insolente.

Su madre llevaba toda la tarde buscándolo cuando, al atardecer, se presentó con un viejo druida.