Me costaba reconocerlo, pero en esos momentos echaba de menos a ese adolescente pajillero.

A Jack le sonaba de maravilla; era como una fantasía de adolescente pajillero, pero estaba muy bien.

Me estaba comportando como un adolescente pajillero, aunque, joder, ya me hubiera gustado a mí en aquellos años tener una mujer como Berenguela como aliciente.