Se para de cabeza para descansar y ha puesto de cabeza el estereotipo del político tradicional colombiano: mañoso y deshonesto, agalludo e ineficiente.
2
Porque para muchos no solo serían agalludos, sino revoltosos.
3
Ya ha habido en estos días circunstancias que han llevado a algunos a señalarlos como agalludos en el sentido negativo.
4
Yo apenas tenía dieciséis años de edad y estaba un poco intimidado por esta chica agalluda, pero me dije por qué no.