Los congresistas se acercaron a saludar cada uno a su amiguita de turno.

Dile que no vas a contratar a su amiguita de turno.

Chuck se había ido al baile de promoción con su amiguita de turno, más intelectual que las últimas seis.

Si nadie la conociera, al verla allí pensarían que era la amiguita de turno del jefe y no su hermana.

-Puesdeja de manosear a tu amiguita de turno y escúchame con atención.

-Aparecióasí porque su amiguita de turno lo había dejado, ¿sabes?

-Podríafingir que soy tu amiguita de turno -rióMin-.

-Pero¿eres o no la amiguita de turno?

-Note quedes ahí tumbado -murmurócon voz somnolienta su amiguita de turno, dando la vuelta en la cama-.