Me reuniré contigo cuando hayamos anudado y ayustado lo que haya sufrido más daño.
2
Después, les había hecho dos nudos y les había ayustado un ojo en un extremo.
3
Encajó el pequeño ojo ayustado en uno de los grandes ganchos de carnicero y bajó torpemente, enrojecido y jadeante.
4
Cada soga, de unos tres metros y medio de largo, tenía un dogal en un extremo y un ojo ayustado en el otro.
5
Siendo generosos podría decirse que la jarcia de labor es de tercera suerte, y se habrá anudado y ayustado como una docena de veces.
6
Los largos calabrotes, ayustados por ambos extremos, trabajaron entonces, suspiraron, se volvieron rígidos y el cañón empezó a subir a lo largo de la cadena.