El paisaje era de un blanco cegador contra el azul del cielo.

Sus dientes eran paralelos hasta la perfección y de un blanco cegador.

Era Benedict, pero con músculos fibrosos y dientes de un blanco cegador.

Llevaba unas Nike último modelo y nuevecitas, de un blanco cegador.

Las teclas no eran de marfil sino de plástico, de un blanco cegador.

Una franja de blanco cegador en medio de la penumbra nocturna.

No veo a nadie en el blanco cegador de la luz.

El centro de la pared explotó en un estallido de plasma blanco cegador.

Finalmente, abrió la puerta y penetró en una sala de un blanco cegador.

Insertada en su enorme turbante de un blanco cegador había una joya reluciente.

Las paredes eran de un blanco cegador, sin decoración de cuadros ni tapices.

Y al final, cuando aquel blanco cegador lo invadió todo, sonrió.

La nieve había cubierto el parabrisas como un manto de un blanco cegador.

Bajo el sol, la arena de la playa era de un blanco cegador.

Sus dientes eran perfectos y -cómono-de un blanco cegador.

A los lados del sendero había montones de nieve, de un blanco cegador.