Arañó los ladrillos y se quedaba mirando sus uñas, ribeteadas de caliches blancos.

Y en él no había casi nada, salvo unos pocos enseres, caliches y pobreza.

Lo que yo veo es un señorito metido en una cachafeira con caliches de escribiente.

Después de haberse tragado varios caliches de las paredes del bar parece estar sufriendo un verdadero viaje alucinógeno.

Pepe se mete dentro de la barra, abre el grifo del agua caliente y echa un poco en el vaso con los caliches.

Se asomó a la ventana, vio que el sol aún estaba alto y abandonó la casa dando un portazo que desprendió un puñado de caliches.

-Estoscaliches de mi pared son uno de los más desconocidos secretos de Sevilla.

Es el caso de un empresario portugués-venezolano que fue secuestrado por una banda de colombo-venezolanos denominada Los Caliches de Centro, contó el productor.

¡Creyó que eran migas de galleta, y lloró cuando encontró que solo eran caliches, caídos de la pared pintada con carburo!