1
La habitación cuadrada de la Sala de Armas parecía una celda conventual.
2
Saber cómo se encuentra mi pobre marido encerrado en una celda conventual.
3
Madame de Maintenon había decorado sus habitaciones con la austeridad de una celda conventual.
4
Justo es que piensen que la celda conventual no es un destino acorde a mi temperamento.
5
Mi cubil encalado; mi celda conventual.
6
Aquello era tan estrecho, y el techo tan bajo, que más que una celda conventual parecía un trastero.
7
Al despertar estaba en aquella gélida y angosta celda conventual, y no tardó en comprender su condición de moribundo.
8
Encalada en blanco, con una cama estrecha de madera y una mesa pequeña, a José Antonio le pareció una nueva celda conventual.
9
Pasó un mes en una celda conventual curándose de males reales e imaginarios y revisando en su memoria las viejas cicatrices del pasado.
10
El caos que reinaba allí, compuesto de libros, papeles, gráficos, periódicos viejos y envolturas de golosinas hacía que mi oficina pareciera una celda conventual.
11
Le interesaba tan poco la perspectiva de una boda con un desconocido novio de Anglesey, como una celda conventual entre unas extranjeras de Inglaterra.
12
El filósofo, de mirada perdida, camisa gris mal planchada y pantalón del mismo color, me recibió en pantuflas en lo que parecía una celda conventual.
13
La ciencia no era practicada ya exclusivamente por algunos monjes en sus celdas conventuales.
14
Entraba en las celdas conventuales y llenaba los claustros y de noche arrullaba los sueños de los frailes.
15
No había llave en la puerta, como en todos los demás cuartos de la galería, que eran como celdas conventuales.
16
En la disposición de éstas se confirmaba la impresión de que la casa había sido proyectada como convento, pues más que cuartos eran celdas conventuales.
