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Sonreía muchas veces, siempre a personas que conocía y le daban confianza.
2
Con extraordinario candor, pensaron: "Nos daban confianza y nosotros hemos obrado mal".
3
Y sus cumplidos ocasionales le daban confianza en sí misma.
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Mientras nos descendían a la cuneta nos daban confianza:
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Sus olores eran reconfortantes y me daban confianza.
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Y dichos conocimientos le daban confianza y a veces una egolatría ingenua que resultaba difícil de creer.
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Su estatura y musculatura le daban confianza.
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Era un joven trabajador, disponía del corazón de la chica, pero ¡ay!, aún no le daban confianza.
9
De mi viaje eran pocos los que tenían noticias, y hasta donde los conocía, todos me daban confianza.
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Las viandas que daban en su mesa, el vino que corría a raudales por ella, les daban confianza.
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Ni siquiera las dos manos del forzudo que me sujetaba desde atrás le daban confianza en sí mismo.
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Los neumáticos no me daban confianza.
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Comoquiera, me convertí en el confidente del buque, aunque no todas las confidencias daban confianza en la naturaleza humana.
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Quentin podía sentir las monedas de Mayakovsky en el bolsillo de sus pantalones, una sensación agradable, le daban confianza.
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La mezcla olía de forma peculiar y el color marrón y la consistencia fangosa no le resultaban familiares ni le daban confianza.
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Aquello, y su misma estatura, le daban confianza en sí mismo; su corpulenta figura anduvo por el callejón sin apenas variar el paso.
