Había dejado el lapicero y hojeaba los escritos mecanografiados y manchados-

Marcia se arrellanó en su butaca y dejó el lapicero en el suelo:

De hecho, se había preocupado tanto que dejó el lapicero sobre el escritorio.

Dejó el lapicero y estuvo atento a los ruidos del pasillo.

Vicary dejó el lapicero y alzó la mirada hacia la mujer.

Al fin dejó el lapicero y, levantando la vista, dijo:

Meneando la cabeza, dejó el lapicero y se levantó.

Frunciendo ligeramente el ceño, la señorita Lemon dejó el lapicero y leyó de nuevo la carta.

Tengo quince, veinte páginas escritas ante mí, sobre mis rodillas, cuando me paro por fin y dejo el lapicero.

El presidente dejó el lapicero.

Y él dejó el lapicero.

Vació el chupito de Jägermeister, se tomó un sorbo de la cerveza y dejó el lapicero sobre la mesa.

Dejó el lapicero encima.

Y así como así, como si no hubiese pasado nada, dejó el lapicero, se levantó de un saltito y se fue.

Dejó el lapicero junto a un montón de papeles y alzó los brazos para distender los entumecidos músculos de su espalda.

Dejó el lapicero a un lado, harto del complicado viaje de ida y vuelta de las letras, y se tomó un descanso.