Nunca, ni antes ni después, le vi demostrar tanta emoción.

Nunca lo había visto demostrar tanta emoción.

Todo su cuerpo parece a punto de disolverse, y nunca en mi vida lo vi demostrar tanta emoción a la vez.

No la había visto demostrar tanta emoción desde que yo era niño y mi padre la estrellaba contra las paredes del salón.

La señora Fletcher abrió mucho los ojos; nunca la había visto demostrar tanta emoción como cuando, en ese momento, empezó a mascullar entre dientes.

Sus enormes ojos claros demostraban tanta emoción como los de un pescado muerto, pensó Flint.