1Y cuando volvió en sí, explicaba, Zara se estaba vanagloriando de que ella había destruido al Druj.
2Druj se marcha sin intentar nada.
3Zara, decían, había matado al Druj después de una feroz batalla; para variar, Zara no había sufrido ninguna herida.
4Zoroastro la rechaza de manera inflexible: Ahura Mazda es su dios; la maniobra de Ahrimán acaba en fracaso, como la visita de Druj, su emisario.
5A esos efectos, envía contra el profeta -"hijode la verdad"- auno de los suyos, el demonio Druj ("el engaño", hijo de la mentira).
6Desde las quebradas del Septentrión, el Príncipe del Mal manda a uno de sus despiadados acólitos, Druj (la Peste), para que haga morir al profeta.