1Durga disponía de cierta ventaja, ya que su juventud le proporcionaba velocidad.
2La risa atronadora de Durga retumbó por toda la burbuja de observación.
3A nivel personal, la diosa Durga seguía viviendo a su manera austera.
4Ni siquiera las disensiones sobre el liderazgo de Durga han conseguido reducirlos.
5Parvati renació como la guerrera Durga, diez manos blandiendo armas de batalla.
6Durga los entrevistaría personalmente, y seleccionaría al nuevo Gran Sacerdote de Ylesia.
7Pero Teroenza acaba de firmar su propia sentencia de muerte -pensóDurga-
8Y columpiándose en el fondo, sobre las aguas, nuestro velero, el Durga.
9Durga soltó una risita y sacó sus rechonchas manos del agua cenagosa.
10En casa los llamaban como Durga quiso; Nitya Yang y Bélver Yin.
11Evadió por un instante el recuerdo de Durga y pensó en Whittlesey.
12Durga, que se aburría con aquel silencio, le sacó de sus meditaciones.
13Con todo, la tradición abogaba por zarpar durante la marea de Durga.
14Durga se volvió hacia él y le contempló con el ceño fruncido.
15De la frente de Durga brotó una diosa más demoníaca que divina.
16Ella no es Jabba con su palacio o Durga con su yate.