1Hay que ver hasta qué punto uno puede engolfarse en estúpidas reflexiones.
2Por lo demás, no disponía de tiempo para engolfarse en minuciosas comprobaciones.
3El deán parecía dudar todavía, y empezaba a engolfarse en ciertas cavilaciones.
4Apolonio comenzaba a engolfarse en el negro ponto de las empresas mercantiles.
5Subió a la habitación para allí engolfarse en sus pensamientos más negros.
6La intuición histórica es lo único que garantiza el engolfarse en lo conservado.
7Volvió a engolfarse en las conjeturas informes, inseguras, que había expuesto Sir Benjamín.
8No podían hacer otra cosa sino engolfarse en el seno de sus respectivos grupos.
9Después de algunos paseos, el juez volvió a engolfarse en el estudio del proceso.
10Su abatimiento le venía de un temor secreto de engolfarse.
11Ballesteros creyó prudente engolfarse en las enriscadas montañas de Covadonga, cuna de la monarquía.
12Le hemos visto después engolfarse en grandes empresas orquestales y organizar magníficas series de conciertos.
13En toda contradicción preferirá siempre aniquilar al contrario antes que engolfarse en intrincada argumentación para convencerle.
14No hay dulzura como la de engolfarse en los líos mil, curiosos, aleccionadores, de la Historia.
15Y él soñaba engolfarse con aquella mujer.
16Pacheco trató entonces de disuadirle: sin un acuerdo con los grandes no era posible engolfarse en aquella aventura.