Tenía gracia para enristrar pensamientos y no le daba apuro expresarse bien.
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La gente solía acudir a su restaurante por oírla enristrar un proverbio tras otro.
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Había siempre algo curiosamente embriagador en enristrar la lanza contra los molinos de viento, como don Quijote.
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Aprendió asimismo a arrojar el corto venablo, así como la manera de enristrar la lanza larga para acometer.
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El la solía enristrar a la buena de Dios, pensando que algún día aquello se acabaría con la muerte.
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Y después de enristrar
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Entonces empezaron a enristrar sus lanzas, y se juntaron tan fieramente que se derribaron uno al otro, caballo y todo.
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La línea macht se convirtió en un caos, y docenas de lanceros fueron derribados antes de poder siquiera enristrar las armas.
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Y cuando se hartó de enristrar epítetos la condenó al garrote vil, lo cual era previsible y no extrañó a nadie.
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Atrapados entre nosotros y la estrecha garganta, muchos de ellos ni siquiera habían tenido oportunidad de enristrar sus lanzas o de desenvainar sus espadas.
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Espoleó a Salman, enristró a Márut, apartó todo pensamiento ocioso, y embistió.
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Celedonio alzó la cabeza y enristró la pluma, esperando cantidades que anotar.
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Alfray enristró la lanza que hacía las veces de asta del estandarte.
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Enristró la lanza, adornada de plumas de avestruz, y espoleó al caballo.
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Entonces enristra la lanza, embraza el escudo y deja correr al caballo.
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Dicho esto, enristró hacia la zanja donde los cinco infortunados seguían paleando tierra.