Desde el puente, a medida que nos acercábamos, percibí una extraña similitud con Trieste.

Hasta sus nombres tenían una extraña similitud: Areo y Arys.

Sin duda, la operación para salvar vidas a veces tenía una extraña similitud con lo contrario.

Szacki pensó que las pesquisas realizadas por Mamcarz guardaban una extraña similitud con su propia investigación.

Así pues, Jane tenía razón cuando advirtió la extraña similitud entre los templarios y los esenios.

Llevaban uniformes grises que guardaban una extraña similitud con el atuendo de Illiad y los colonos.

Cuando ella se fue, Brunetti pensó en la extraña similitud que había entre su trabajo y el de un médico.

Y eso sin tener en cuenta la extraña similitud con la muerte del padre de Roland arrojándose por la ventana.

Hari parpadeó; por un instante, había visto en la prisa de Yugo una extraña similitud con las posturas de los pans.

La intersección estaba señalada por un doble nódulo, del tamaño de una montaña, que tenía una extraña similitud con unas caderas humanas.

Los colores del hábito y del cuerpo se habían oscurecido con el transcurso de los años, mostrando una extraña similitud entre sí.

Durante siete años, las dos amigas habían sido inseparables, insustituibles la una para la otra, gracias a la extraña similitud de sus sensibilidades.

Siendo como era, el científico debió revelarle los detalles de la conversación y ella deduciría fácilmente la extraña similitud que la unía a Nash.

Si este autor no ha conocido la existencia de la Ana gitana, se me concederá que, de todas maneras, tenemos aquí una extraña similitud.

Mientras repetía la palabra una y otra vez, con extraña similitud a una sirena verbal, oí un estruendo que se produjo al fondo del pasillo.

Una extraña similitud que había resaltado de entrada su peligrosa proximidad espiritual en aquella celda del Instituto Wargnier, cuando había empezado a sonar la música.