Tenía los labios azules, señal inequívoca de que era fumador de opio.

Viejo fumador de opio, era también homosexual, pero pocas personas lo sabían.

Muy pronto alcanzaba una libertad maravillosa, como un fumador de opio.

Nada menos impuro que esta obra maestra un fumador de opio.

El fumador de opio era el secretario del científico Julius Stephan.

Todo aquello parecía el sueño de un fumador de opio.

Me dijo, además, que era fumador de opio y borracho; un perdido, en resumen.

No confundir nunca al fumador de opio con el opiófago.

Las manos largas, delicadas, los dedos de fumador de opio de las imágenes asiáticas.

De pronto apareció el fumador de opio, entre el muchacho y sus furiosos perseguidores.

Pero nunca había visto morir a un fumador de opio, nunca lo había visto.

En las mesitas había magníficos ejemplos de los artilugios que necesita un fumador de opio.

Tenía la impresión de que así era cómo un fumador de opio preparaba la pipa.

El fumador de opio gritaba que Herman Cabeza de Hierro venía a matarles a todos.

Observó al " fumador de opio" y meneó lentamente la cabeza.

Era el sueño descabellado de un fumador de opio o bien la visión de un delirio.