1
Se detuvo a la sombra de los grandes abetos y la observó.
2
Las casas del poblado se perdían entre los grandes abetos sombríos.
3
Una selva mucho más viva que la de los grandes abetos de Germania.
4
Se sentía tan enorme como los grandes abetos ante la vivienda del párroco.
5
A Edward le gustaban los grandes abetos, recordando los misérrimos arbolillos de su infancia.
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Antef admiraba los grandes abetos desbastados que se amontonaban en la linde del palmeral.
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Más cerca, grandes abetos se dejaban mecer por la brisa.
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Bajo los grandes abetos, junto al Prado de los Jabalíes, él había tomado su mano.
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El dragón era una montaña blanca, más alto en la cruz que los grandes abetos.
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Se distinguían unos grandes abetos negros, el lago helado y la casa a poca distancia.
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Aún atravesamos otra zona de grandes abetos; después, bruscamente, llegamos a un paso junto al río.
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Los grandes abetos, olmos comunes, castaños de Indias.
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Se encontraba en una profunda sombra, verde oscuro, debido a las densas filas de grandes abetos.
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Y la mancha marrón sobre la superficie blanca a la sombra de los grandes abetos navideños.
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El cementerio estaba rodeado de grandes abetos de Douglas, los que le gustaban a su madre.
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Tampoco había nadie, solo los grandes abetos y un césped algo descuidado cuajado de musgo y pinas.
