Nadie había visto nada que condujera a localizar al ayuda de guardajoyas.
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Al fin, el guardajoyas tomó fuerzas para decir del tirón dirigiéndose al rey:
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El saco que contiene estas tablillas es un guardajoyas y tiene un sentido metafórico.
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Al lado de este mueble, se encontraba en el suelo, un guardajoyas también abierto.
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No existe constancia alguna de que la infanta recuperase finalmente el contenido de su guardajoyas.
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En mitad del lógico revuelo, el guardajoyas y su ayudante fueron requeridos para dar explicaciones.
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De este modo, los guardajoyas reales, ¿mirarían con admiración a la infanta... o con devoción profesional?
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Del ayuda de guardajoyas le intrigaba todo.
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El relojero y guardajoyas, y las mujeres.
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El ayuda de guardajoyas solicitaba verla.
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Isabel estaba tranquila después de haberse atrevido a soñar que el ayuda de guardajoyas se adentraba en su intimidad.
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He ordenado al guardajoyas imperial que custodie las gemas que os he regalado a ti y a nuestros hijos.
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Fui contratado por don Cristóbal -serefería al guardajoyas-cuando estaban formando el cuerpo de la Casa de la Reina.
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Doña Juana había vuelto a sacar la redoma del guardajoyas, no en vano se hallaba en tierras leales a su hijastro.
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Como siempre hacía al recibir al ayuda de guardajoyas, Isabel ordenó a su camarera que la dejara a solas con esta mujer.
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También acudían a gulusmear los demás servidores del Rey, cuales eran sus guardarropas, guardajoyas, relojeros, barberos, boticarios y el personal de menor rango.