E hincó los hinojos en tierra y rogóle afectuosamente que se lo aceptase.

Él entró dentro e hincados los hinojos en tierra, llorando, dijo:

Cayó de hinojos en tierra, vencido por la impotencia.

Beltenebros hincó los hinojos en tierra dando gracias a Dios por la merced grande que le hizo, y dijo a Famongomadán:

Oriana, que de oírlo como fuera de sentido de gran placer que había, hincó los hinojos en tierra y alzó las manos y dijo:

Argantonio, que lo tenía por maestro, reverenciándolo como a un padre, se hincó de hinojos en tierra, gesto que imitaron los sacerdotes y cortesanos.