Ingham continuó observando al hombre vacilante, fascinado por la pasión que le llenaba.

Un hombre vacilante marchaba de espaldas en dirección a él.

Usted mantiene que yo he sido un hombre vacilante.

Como le había hablado vehementemente de la inmortal tutela del Estado, abrazó a aquel hombre vacilante.

El conde Brass no era un hombre vacilante.

Maigret fruncía las cejas, como un hombre vacilante.

El hombre vacilante del rostro rojizo bajaba ahora de la escalera con una expresión de inmensa sorpresa.

Rourke, estupefacto, avanzó y le largó un zurdazo al hombre vacilante, y luego le lanzó la derecha.

Le parecía que había sido hasta entonces como un hombre vacilante que de pronto hubiera tomado una resolución.

Cuando el mal está hecho, cuando la suerte ha sido echada, el hombre vacilante se manifiesta a veces con vigor y con brusquedad.

Para Chase, Lincoln era un hombre vacilante; y si él, un colega político, lo hallaba enloquecedor, ¿qué podía pensar un militar de semejante jefe?

Hombre vacilante, no se resolvió nunca a escoger claramente un camino.

La línea del ataque se fragmentó en varios grupos de hombres vacilantes que empezaban a retirarse.

Esta mañana, los Antiguos eran unos hombres vacilantes.

-Alteniente coronel Jurado le conocí en Somosierra... Es un hombre vacilante...

-¿Tengo que confiar en hombres vacilantes y fuegos en las alturas?