1Los orígenes: De las salas de Splendens a las cavernas de Iblís
2Los cristianos se desgastarán en Calatrava durante semanas, bajo este calor de Iblís.
3Por eso Iblís, el Confundidor, tiene que servirle y no existe sin él.
4Y no es buena señal que Iblís penetre en la mente del musulmán.
5El temblor se transmite de nuevo por tierra como una maldición de Iblís.
6Iblís, en ti, es cada uno de tus deseos.
7Cuando salía de aquellos abismos, Iblís se le apareció.
8Puede estar inspirada por Iblís, pero es casi tan fuerte como la de nuestros voluntarios.
9Iblís es mentiroso por naturaleza, y vosotros también, cristianos.
10Lo que seduce a Iblís es tu hipocresía.
11Cuando Moisés vio a Iblís en el camino
12No habrás bebido su licor de Iblís, ¿verdad?
13Pero las ínfulas lo cegaron y se puso a escribir obscenidades filosóficas y mentiras de Iblís.
14Seguro que muchos de ellos siguen adorando a Iblís en cuanto cierran las puertas de sus casas.
15Después Iblís dijo: Si aquel tesoro puro
16Eres Iblís, el Espíritu del Mal.