O'Keefe aplicó esta concepción kantiana del espacio a la memoriaexplícita.
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En ese momento finaliza la mielinización del córtex cerebral, responsable de nuestra memoriaexplícita.
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Ya no es la memoriaexplícita la que nos controla, sino la memoria implícita.
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Hemos pasado de la memoriaexplícita a la implícita, del conocimiento activo al hábito.
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En particular, la memoriaexplícita exige una atención selectiva para codificar la información y recuperarla.
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Esta última parece presentarse en dos modalidades: declarativa, o memoriaexplícita, y procedimental, o memoria implícita.
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Otro tipo es la memoriaexplícita, aquella por la que recordamos y sabemos que estamos recordando.
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La memoriaexplícita es propia de cada individuo.
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En la mayoría de los pacientes que tienen la memoriaexplícita dañada, la memoria implícita sigue intacta.
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Pero esta memoriaexplícita es doble.
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O de borrarla como memoriaexplícita.
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En cambio el niño tarda más tiempo en elaborar el segundo tipo de memoriaexplícita, que llamamos episódica, o autobiográfica.
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El córtex era la parte de nuestro cerebro que se encargaba del lenguaje, la memoriaexplícita, el razonamiento y el pensamiento.
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La transferencia desde la memoriaexplícita hacia la memoria implícita cumple una función primordial, porque libera recursos en la mente del niño.
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Por consiguiente, si queríamos estudiar la relación entre la actividad neural y la memoriaexplícita, teníamos que abordar el tema de la atención.
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Conforme a la nomenclatura utilizada por Squire y Schacter, llamamos hoy memoriaexplícita (o declarativa) a lo que habitualmente se denominaba memoria consciente.