1
Pero nadie puede beber el agua que no beben los mercenarios escitas.
2
Los mercenarios escitas formaron en la borda, con las armas preparadas.
3
Menos de una semana más tarde, Datis inundó el Quersoneso de mercenarios escitas y tracios.
4
Oxatres, que conocía unos atajos, se ofreció a ir por delante con dos de sus mercenarios escitas y partió al galope.
5
Oxatres había hecho venir a unos de sus mercenarios escitas y, conforme este traducía, le iba traduciendo a su vez a Alejandro.
6
Tuvo la suerte de no encontrarse con ninguno de los mercenarios escitas que servían en la ciudad como una especie de cuerpo de policía.
7
Le habría encantado sacarse la capucha, quitarse la máscara y mojarse la cara, pero su sombrío disfraz valía más que un centenar de mercenarios escitas.
8
¿Le habrían maltratado los mercenarios escitas, siempre dispuestos a cualquier rudeza?