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La práctica constante estimula la mielina, y eso mejora los impulsos nerviosos.
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El síndrome de Guillain-Barré ataca las vainas de mielina de los nervios.
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Sin mielina, las señales neuronales no pueden transmitirse de manera correcta al nervio.
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Su falta de vigor suele provenir de una carencia de mielina.
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Los investigadores no observaron ningún daño nervioso significativo por las manchas de mielina.
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La protección cauchosa sería la mielina y el cableado, los nervios.
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Se les denomina amielínicas porque carecen del revestimiento aislante denominado mielina.
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El axón está revestido de mielina, como un conductor eléctrico aislado.
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Destruye la mielina, que es el material que rodea y protege las células nerviosas.
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Este síndrome a menudo afecta la cubierta del nervio (vaina de mielina).
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Sin mielina, las señales neuronales no pueden transmitirse de manera correcta a los nervios.
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Sin ella, nada puede impedir la destrucción de la mielina.
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Entre los compuestos que están presentes en la vaina de mielina figura el colesterol.
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Las vainas de mielina crecen a un ritmo de unos trece milímetros por mes.
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Por su carne todavía visible serpenteaban nervios amarillentos dentro de su funda de mielina.
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Estallaron discusiones sobre si las fibras tenían mielina o no.