Y retirándose después de decirlo, como un muñeco de guiñol con pelo vegetal.

Ildebrando Antoniutti asiente moviendo la cabeza como un muñeco de guiñol.

Salió de debajo, como un muñeco de guiñol que hace su aparición estelar.

Jesse le arrojó un muñeco de guiñol a Andy, quien se agachó demasiado tarde.

El inmutable muñeco de guiñol apalea a un enemigo invisible.

Giró la cabeza, como un muñeco de guiñol al que le han cortado una cuerda.

No se movía, parecía un muñeco de guiñol.

Soy lo que llamaríamos en mi mund...; bueno, digamos en mi país, un muñeco de guiñol.

Kásperle, el muñeco de guiñol descarado, goloso y bromista, lleva noventa años durmiendo profundamente en un armario.

Restituida de pie, tal como fue desmaterializada, Katherina debió desplomarse sin vida como un muñeco de guiñol.

Un instante después descubrió la cara risueña del negro, que aparecía y desaparecía como un muñeco de guiñol.

A mi muñeco de guiñol.

O tal vez fuera ella misma la que la moviera, como si se tratara de un muñeco de guiñol.

No pudo terminar la frase, en ese momento Esperanza se derrumbó como si a un muñeco de guiñol le hubieran cortado los hilos.

Las niñas de los ojos, diminutas; la boca en un rictus extraño y diabólico; las manos nerviosas, histéricas, como de muñeco de guiñol.

Sin pararse a escucharlas, el Manchao agarró al administrador de la camisa y lo asomó por la ventana como a un muñeco de guiñol.