Llegó la temporada de la pesca en las islas de Lofot, y muchos hombres se negaron a partir.

Los postillones que estaban listos para subirse a los caballos se negaron a partir; el populacho empezó a dar voces:

Algunos viejos se negaron a partir y, encaramados a la torre de la iglesia, esperaron con paciencia el ascenso de las aguas.

Ordenó a las ratas que fuesen a buscar fortuna a otra parte, pero éstas se encontraban tan bien que se negaron a partir.

Los hombres de Zenor se negaron a partir, porque no querían dejar solos a los caballeros a la hora de enfrentarse contra todo un ejército.

-Yoquería esconderlas en otra casa -intervinoKroona-,pero se negaron a partir sin ti.