El local de la calle Ouvidor ya está listo, una preciosidad.
2
Se quejaba de que los vendedores de la rua do Ouvidor utilizaban pesas y medidas trucadas.
3
Casi llegando a la calle Ouvidor, paré para admirar el dibujo de piedras portuguesas del paseo.
4
Era temprano, temprano para todo, para ir a la Rua do Ouvidor, para volver a Botafogo.
5
Decidió que tomarían la rúa do Ouvidor, donde se había prohibido el tráfico de carros de bueyes, para evitar más choques zoológicos.
6
Aun las calles más distinguidas eran estrechas en aquellos tiempos; puede comprobarse aun hoy en la rúa Ouvidor, la antigua calle de los comercios distinguidos.