Me convierto en agua, en arena, en piedrecilla, en espuma de mar.
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Era un deseo constante y persistente, como una piedrecilla en el zapato.
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Vi anguilas y escuelas de peces diminutos en el fondo de piedrecilla.
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Al parecer se había partido o roto una muela con una piedrecilla.
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Nunca toquéis nada de un túmulo sin pedir permiso, ni una piedrecilla.
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Este viernes no carga el anillo porque se le despegó la piedrita.
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Hágame usted el favor de decirme cómo llamaría usted a esta piedrita.
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Él apenas logró esquivar la piedrita que ella arrojó en su dirección.
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Después agarró una piedrita y la arrojó contra un árbol, como distraído.
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Las piernas, que se han olvidado de caminar, tropezarían con cualquier piedrita.
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Lo mismo que si yo pretendiera llenar este lago arrojando en él una piedrezuela.
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Alguna piedrezuela, impulsada en un tropezón, se adelantaba hasta rebasarle.
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Respondióle: "Llevo una piedrezuela metida en una bota y vame matando".
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No tardó el cantor en reunirse con nosotros; transfigurado por indecible felicidad, nos ofrecía una simple piedrezuela gris de forma rara.
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Quizá recordaba la estatua de Nabucodonosor derribada por una piedrezuela que bajó rodando del monte: quizá le estaba pesando ya de haber sido tan franco.
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Pero no pudo alzarla porque, como coligió enseguida, no era una piedrecica, siquiera un pedrusco.