Entró una ráfaga de aguanieve, y Dillon se caló la gorra.

Los primeros goterones de una ráfaga de aguanieve les dieron en la cara.

Una ráfaga de aguanieve azotó la ventana, haciendo temblar el cristal.

Las puertas del salón se abrieron y una ráfaga de aguanieve se coló dentro.

Al retirar la cortina a un lado, una ráfaga de aguanieve penetró en la estancia.

Penetraron en una amplia burbuja de claridad visual relativa, y luego en una ráfaga de aguanieve.

Al final una ráfaga de aguanieve me golpea la cara y me doy cuenta de que estoy fuera.

Una ráfaga de aguanieve la azotó, hacía mucho frío y una delgada capa de hielo cubría los charcos.

Ya entonces, los vientos fríos intentaban abrirse paso por los postigos y una ráfaga de aguanieve golpeteaba la puerta cerrada.

Una ráfaga de aguanieve hizo que la joven se estremeciera y que sus mejillas palidecieran, pero se negó a retroceder.

Se quedó en silencio, el rostro vuelto hacia la chispa de luz, que se desvanecía cuando otra ráfaga de aguanieve azotó el mar.

Fuertes ráfagas de aguanieve golpeaban a Harry y le empañaban las gafas.

Ráfagas de aguanieve salpican el frío cristal de la ventana del nido.

Oye cómo golpean las ráfagas de aguanieve contra las paredes y el techo.

Hasta entonces había caído poca lluvia, solo ráfagas de aguanieve de vez en cuando.

Aun así, las ráfagas de aguanieve entorpecían la visibilidad.